Rollo de papel higiénico
El
rollo de cartón del papel higiénico y unas tijeras son suficientes para
crear un divertido juguete para tu gato. Es fácil, barato y hasta
ecológico.
Solo tienes que recortar tiras estrechas en ambos extremos y
doblarlas hacia afuera, obteniendo como resultado un juguete con una
forma muy tentadora para el juego.
lunes, 31 de octubre de 2016
Los primeros GA
La primera compradora |
He aquí algunos de ellos junto con los escritores del libro o posando con su librito.
La primera venta fue a las 10:30 am =)
A pesar de que llovió mucho, eso no impidió a estas lindas gatohólicas llegar por su ejemplar.
No importó la lluvia |
¡Mil gracias por el GRAN apoyo!
----------
Estas dos lindas GA obtuvieron un 10% de descuento porque nos dijeron la clave exclusiva para el lanzamiento del libro. ¡Muchas gracias por compartir con nosotros!
Karol y su hijita |
Aquí esta preciosa GA espera para recibir su libro dedicado por una de las escritoras, mientras otro escritor está dedicando otro de los libros.
Les comentamos que Patrizia Gallo tendrá a la venta esta semana en Casa Gatuna el libro Gatohólicos Anónimos. ¡Esperamos su visita!
Muchas gracias, Patrizia Gallo, por su apoyo. |
jueves, 27 de octubre de 2016
Prógolo, el visitante misterioso
Prógolo
Prógolo fue un gato
de edad adulta y tamaño mediano que, una noche, se acercó al portón
de una casa. Su maullido le indicó a los habitantes de la misma que
el felino tenía hambre. Como a ellos les gustaban los gatos y les
pareció hermoso el brillante pelaje color azabache del recién
llegado, le abrieron el portón. El visitante entró a la vivienda y
comió a su gusto; se notaba que le gustaba la compañía humana.
Aunque la pareja dueña de la casa creyó que podrían conservarlo,
con el avanzar de las horas, el gato negro, inquieto, maullaba más y
más para que lo dejaran salir de la casa.
Extrañados por el
comportamiento del huésped nocturno, le abrieron la puerta, pensando
que él pediría que le abrieran el portón también para marcharse.
Sin embargo, el visitante no lo hizo. Se acomodó al frente de la
puerta, en el suelo, para dormir.
Entonces ellos le
prepararon una cajita de cartón, la cual el gato aceptó de buen
grado como su cama. Allí durmió feliz toda la noche y, al llegar
la mañana, pidió que le abrieran el portón para marcharse.
La noche siguiente,
el gato regresó a la casa de la pareja. Ellos tenían un papelito
en el que habían hecho un dibujo precario de un gato y en él habían
anotado el nombre “Prógolo” hacía tiempo. Bromeando, habían
prometido que su siguiente gato se llamaría así. Fue de ese modo
que el gato negro pasó a llamarse Prógolo.
Prógolo era dulce y
cariñoso, pero emitía un característico bufido cuando algo lo
molestaba. Esa era su señal para que le abrieran las puertas. Cuando
salía, se dedicaba a pedir comida en algunas casas a lo largo de la
calle para luego perderse en los tejados. Así pasó alrededor de un
mes.
Una noche, Prógolo
no regresó a la casa. Tampoco apareció su cadáver ni los vecinos
reportaron ningún incidente. Prógolo sencillamente se esfumó de
la misma manera que había llegado al barrio. Por su familiaridad con
los humanos, era posible que estuviera perdido y que por fin hubiera
encontrado el camino de vuelta a su hogar. Todos esperamos que sí.
¡Hasta la vista, Prógolo!
Prógolo inspiró el
relato “La niña, el escritor… y el gato”, que es parte del
libro Segmentos en la vida de un monstruo y otras historias
fantásticas. Puede leer este cuento AQUÍ.
Ágata, la panterita nebulosa
Ágata
Personas sin corazón, apenas vieron que la pequeña gatita tenía dientes, aprovecharon que ya no necesitaba la leche materna y la abandonaron en una parada de autobús (poco transitada por humanos, aunque no así de vehículos).
Una mujer iba a su trabajo y al dirigirse para abordar el autobús, vio que las personas esquivaban "algo" a los pies de ellas. Al acercarse, se percató de que se trataba de un pequeñísimo felino, que la gente casi aplastó y pateó.
Con un rápido movimiento, la mujer se inclinó y tomó al gato. Con él en brazos, abordó el autobús; cuando se sentó, puso a la la pequeña gata en su regazo, y ésta se puso de puntillas y le lamió la barbilla a su rescatadora. Antes de llegar a la oficina, la mujer pasó y compró lo necesario para tener a la pequeña gatita cómoda y alimentada ahí mismo, en su lugar de trabajo.
La mujer llamó a su esposo para contarle lo ocurrido; éste le dijo: "la pequeña te adoptó, tenés que ponerle un nombre y traerla a casa". Viendo la tonalidad y la forma de las manchas en el pelaje de la felina, ella le puso el nombre de Ágata. Esta gatita es muy energética y posee un lado salvaje. Uno de sus pasatiempos favoritos es trepar a alturas que sus hermanos felinos ni siquiera contemplan como posibilidades, por lo cual se ganó el sobrenombre de "pantera nebulosa", ya que su comportamiento recuerda a esos felinos salvajes.
Ágata se menciona en el cuento "¡Soy una cazadora!", como una de las hermanas de la protagonista. Si desea leer esta historia, la puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Personas sin corazón, apenas vieron que la pequeña gatita tenía dientes, aprovecharon que ya no necesitaba la leche materna y la abandonaron en una parada de autobús (poco transitada por humanos, aunque no así de vehículos).
Una mujer iba a su trabajo y al dirigirse para abordar el autobús, vio que las personas esquivaban "algo" a los pies de ellas. Al acercarse, se percató de que se trataba de un pequeñísimo felino, que la gente casi aplastó y pateó.
Ágata, calculando su salto |
La mujer llamó a su esposo para contarle lo ocurrido; éste le dijo: "la pequeña te adoptó, tenés que ponerle un nombre y traerla a casa". Viendo la tonalidad y la forma de las manchas en el pelaje de la felina, ella le puso el nombre de Ágata. Esta gatita es muy energética y posee un lado salvaje. Uno de sus pasatiempos favoritos es trepar a alturas que sus hermanos felinos ni siquiera contemplan como posibilidades, por lo cual se ganó el sobrenombre de "pantera nebulosa", ya que su comportamiento recuerda a esos felinos salvajes.
Ágata se menciona en el cuento "¡Soy una cazadora!", como una de las hermanas de la protagonista. Si desea leer esta historia, la puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
miércoles, 26 de octubre de 2016
Lamme, la calicó que se refugió en una humana
Lamme
En una tarde muy
fría de julio hará unos cuatro años; mientras regresaba caminando
a su hogar, una mujer escuchó los fuertes maullidos de un gato bebé.
Como en su linea de visión observó a un joven sacando su celular,
creyó que se trataba del tono de llamada del mismo; pero al seguir
escuchando los maullidos después de que el muchacho contestara su
aparato, se percató que estaba oyendo a un gatito de verdad.
Buscó a su
alrededor y encontró en unos matorrales a la orilla de la calle un
par de ojitos que la miraban con miedo, pero a la vez le rogaban por
ayuda. Era una pequeña gatita calicó (una gata tricolor, con
manchas negras, marrón y blancas). Era la primera que la joven
había visto en “persona” en su vida. La levantó y la pequeña
felina con frío aprovechó el momento, y en un parpadeo se refugió
dentro del abrigo de la mujer, cuando ésta la acercó para
calentarla.
Lamme posando |
Por fortuna para
la joven, la doctora también tenía la esperanza de que fuese ella
quien la adoptara, por lo que había estado esperando a que la
salvadora de la gatita regresara. Una vez adoptada la bebé gata, se
le dio el nombre de Lamme.
Ahora ella es una
gata adulta muy hermosa; como era tan diferente a cualquier gata que
la pareja había adoptado antes, se pusieron a investigar que “tipo”
de felina era. A darse cuenta de lo especiales y diferentes que son
las calicó, se sintieron afortunados de haberse topado con una.
Lamme fue la inspiración de la gata “Gitana”, que aparece en el
cuento “Por eso soy su médico”. Su historia es parte del libro
Gatohólicos Anónimos.
martes, 25 de octubre de 2016
Lanzamiento del Libro Gatohólicos Anónimos
Reciban una cordial invitación al lanzamiento del libro Gatohólicos Anónimos. Será en el primer piso de Plaza Real Cariari 29 y 30 de octubre, de 10:00 am a 7:00 pm, costo del libro: 5.000 colones. Aquí se puede leer la entrevistas a los autores
lunes, 24 de octubre de 2016
Missy, la gatita calicó
Missy.
Missy, la gatita calicó |
Ella es una valiente gata que nos ha acompañado por 14 años; es una fiel defensora de cada integrante de la familia y adora hacernos regalos no muy comunes (culebras). Sus característicos colores naranja, blanco y negro se lucen en un suave y largo pelaje, el cual no podrás resistir acariciar.
Puedes conocer más sobre ella en el relato “Missy y la magia Calicó” en el libro Gatohólicos Anónimos.
John Silver: el gato al que le faltaba una pata
John Silver jugando con su hermana mayor |
Al llegar a su hogar, le refirieron lo sucedido a sus padres. El padre de familia, normalmente severo y a quien no le gustaban los animales, les dijo: "Vayan, traigan el gato".
Sin dar oportunidad para que su papá se arrepintiera, los dos niños corrieron en busca del gato a quien algo o alguien había mutilado. Sintieron su corazón desfallecer cuando no lo encontraron. Buscaron por otros lugares y por fin lo localizaron, buscando comida entre la basura en una esquina.
Los dos hermanos tomaron al gatito y lo llevaron a su casa. Como a ambos les encantaban los libros y recientemente habían leído La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson, recordaron al carismático pirata de dicha novela: Long John Silver.
Fue así como llamaron al gatito John Silver. El gatito logró sanar su extremidad amputada y vivió una vida feliz, que compartió con los niños muchos años. A pesar de la falta de su extremidad, aprendió a trepar al tejado, como cualquier otro felino.
Cuando se volvió viejo y sintió que ya era tiempo de morir, John Silver, como un orgulloso pirata, subió al tejado y se marchó, para partir de este mundo y navegar por las aguas de otros universos.
John Silver sirvió de inspiración al gato que comparte su nombre y aparece en el cuento "Miedo a los gatos", del libro Gatohólicos Anónimos.
domingo, 23 de octubre de 2016
Tigro y Dr Pipi Segundo: los gemelos milagrosos
Tigro y Dr Pipi Segundo (Dr Pipi)
Estos pequeños felinos fueron rescatados a escasos ocho días de nacidos, cuando su mamá fue ahuyentada por maquinaria pesada en una demolición.
Muchas personas les auguraron pocas probabilidades de vida ya que les urgia una madre nodriza (especialmente porque el menor estaba tan débil que apenas se movia); pero estos pequeños gemelos se aferraron a la vida.
Gracias a los cuidados de sus padres humanos, que incluían desvelos, entrenamiento y atención médica, estos bebés superaron su estado de peligro y ahora son dos grandes y hermosos felinos adultos.
Tigro es el más grande de los dos (también es el mayor); es muy cariñoso y es el primero en aceptar a nuevos miembros de la familia. Le gusta proteger a los más pequeños.
Dr Pipi Segundo (su nombre fue dado en honor a un gato muy querido y peculiar, llamado Dr Pipi o Ace) es más pequeño y delgado. Quién no lo conoce pensará que él es distante e indiferente, pero en realidad es también muy cariñoso y dulce.
Su historia de supervivencia está narrada en el cuento "Mamá gata" (donde aparecen como ellos mismos), y también aparecen en el relato "¡Soy una cazadora!", interpretando a El Doctor y El Tigre. Si desea leer estás historias, las puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Estos pequeños felinos fueron rescatados a escasos ocho días de nacidos, cuando su mamá fue ahuyentada por maquinaria pesada en una demolición.
Dr Pipi Segundo a los quince días. |
Tigro a los quince días |
Tigro y Dulúu |
Tigro es el más grande de los dos (también es el mayor); es muy cariñoso y es el primero en aceptar a nuevos miembros de la familia. Le gusta proteger a los más pequeños.
Dr Pipi Segundo |
Su historia de supervivencia está narrada en el cuento "Mamá gata" (donde aparecen como ellos mismos), y también aparecen en el relato "¡Soy una cazadora!", interpretando a El Doctor y El Tigre. Si desea leer estás historias, las puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
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sábado, 22 de octubre de 2016
viernes, 21 de octubre de 2016
Bengalí, un gatito de voz potente
Bengalí, el gatito de voz potente
Bengalí fue llevado a un refugio de gatos; estaba flaco y era más pequeño que otros gatitos de su edad. Durante el tiempo que permaneció en la casa cuna (tres días), él sin querer evitó que sus cuidadoras lograran dormir esas noches. Su voz potente causaba que sus maullidos fuesen muy fuertes y escandalosos.
El día que llegó la pareja afortunada (que él adoptó como padres), hizo todo lo posible por destacar entre los demás felinos que se encontraban en el lugar. Al hombre le encantaba su potente voz, pero como acababan de adoptar a una gatita negra, no estaba seguro si podían llevarlo a él también. Cuando ya se iban a marchar, Bengalí se sentó sobre un libro de la pareja y los miró con unos ojos tan suplicantes que ahí mismo fue llamado Bengalí y fue así trasladado a su nuevo hogar junto a su ahora nueva hermanita.
Tuvo que someterse a una pequeña cuarentena, ya que tenía un cuadro de diarrea severo que podía contagiar a los demás gatos de su nueva manada; dos de sus hermanitas lo acompañaron en señal de solidadidad. Él recuperó la salud y creció grande y fuerte. Además, su voz es cada vez más potente (para la alegría de sus padres humanos).
Ahora, un año después, gracias a sus dotes de gran cazador, se le dio un papel protagónico como "Ben" en el cuento "¡Soy una cazadora!", donde aparece junto a su hermana Dulúu.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Bengalí fue llevado a un refugio de gatos; estaba flaco y era más pequeño que otros gatitos de su edad. Durante el tiempo que permaneció en la casa cuna (tres días), él sin querer evitó que sus cuidadoras lograran dormir esas noches. Su voz potente causaba que sus maullidos fuesen muy fuertes y escandalosos.
El día que llegó la pareja afortunada (que él adoptó como padres), hizo todo lo posible por destacar entre los demás felinos que se encontraban en el lugar. Al hombre le encantaba su potente voz, pero como acababan de adoptar a una gatita negra, no estaba seguro si podían llevarlo a él también. Cuando ya se iban a marchar, Bengalí se sentó sobre un libro de la pareja y los miró con unos ojos tan suplicantes que ahí mismo fue llamado Bengalí y fue así trasladado a su nuevo hogar junto a su ahora nueva hermanita.
Tuvo que someterse a una pequeña cuarentena, ya que tenía un cuadro de diarrea severo que podía contagiar a los demás gatos de su nueva manada; dos de sus hermanitas lo acompañaron en señal de solidadidad. Él recuperó la salud y creció grande y fuerte. Además, su voz es cada vez más potente (para la alegría de sus padres humanos).
Ahora, un año después, gracias a sus dotes de gran cazador, se le dio un papel protagónico como "Ben" en el cuento "¡Soy una cazadora!", donde aparece junto a su hermana Dulúu.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Artemis, el gato de la ventana
Artemis
Artemis es el
enigmático gato blanco que aparece en el cuento “Dos hogares, dos
historias y un gato”, en el libro "Gatohólicos Anónimos".
No se sabe mucho de él
porque llegó al hogar ya adulto en 2003 y, por desgracia, murió en
enero de 2005, debido a complicaciones renales. Sin embargo, esos
dos años de convivencia mostraron a la familia que Artemis era un
gato pacífico y que ya antes había estado en contacto con personas.
Artemis fue quien se acercó a la familia, sentándose por las noches
en la ventana de la cocina hasta que se le permitió entrar.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
jueves, 20 de octubre de 2016
Lara, la gata con diminutivo
Lara
Su nombre real era
Larapéndulamaríamiliminamatildajolieleelo, pero todos la llamaban
“Lara”. Se encontraba deshidratada y buscó refugio en una casa,
pero la ahuyentaron. Entonces imploró ayuda a todas las personas en
una parada hasta que la rescataron.
La familia que la
acogió tenía ya tres gatos cuando ella llegó, pero todos la
aceptaron sin problema. Era la más pequeña y por eso también la
llamaban “Cosita” quien, sin que su tamaño fuera un impedimento,
subía con facilidad a los lugares más altos de la casa. Era una
gatita muy golosa y traviesa. Tenía un diente que sobresalía
sobre los demás, pero lo perdió al envejecer.
De los cinco gatos
que convivieron con la familia, solamente ella interactuó con la
bebé que nació en 2010. Fue la última en morir de la pandilla
original de gatos y estuvo con la familia por 16 años. Partió el
23 de diciembre de 2015. Ella es, por supuesto, la gatita golosa del
cuento “¡Se cayó la luna!”, también
aparece en el cuento “Alguien cuidará de mí” y el poema “Lara,
la gata”, los cuales se pueden encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Luna, la gatita que adoptó a sus padres
Luna, fue llevada a un refugio de gatos con tan sólo un mes de
nacida y su colita quebrada (la tiene en forma de "S", pero eso no le ha impedido ser una gran escaladora).
Una pareja decidió hacer una visita al refugio para entregar una donación para los felinos que esperan ahí conseguir un hogar.
La pequeña Luna, al escuchar las voces de la pareja, salió a saludarlos, maulló y escalo una malla hasta quedar a la altura de los hombros de la pareja. Ante tal llamado de atención la mujer la cargó en sus brazos, pero la pequeña felina saltó a los brazos del hombre, lo miró a los ojos y le regaló uno de los maullinos más finos que ella posee.
Ahí mismo esta afortunada pareja humana fue adoptada por está hermosa gatita negra, en ese mismo lugar y momento fue bautizada con el nombre de “Luna”, sin embargo no se fue sola; así como ella, otro pequeño atigrado conquistó los corazones de estos padres humanos.
Después de superar una pequeña “cuarentena” (a la que se sometió siendo solidaria con su querido hermano) fue bien recibida por los demás miembros de la manada felina. Ella participa en el cuento ¡Soy una cazadora! del libro Gatohólicos Anónimos interpretando a Luni.
Una pareja decidió hacer una visita al refugio para entregar una donación para los felinos que esperan ahí conseguir un hogar.
La pequeña Luna, al escuchar las voces de la pareja, salió a saludarlos, maulló y escalo una malla hasta quedar a la altura de los hombros de la pareja. Ante tal llamado de atención la mujer la cargó en sus brazos, pero la pequeña felina saltó a los brazos del hombre, lo miró a los ojos y le regaló uno de los maullinos más finos que ella posee.
Ahí mismo esta afortunada pareja humana fue adoptada por está hermosa gatita negra, en ese mismo lugar y momento fue bautizada con el nombre de “Luna”, sin embargo no se fue sola; así como ella, otro pequeño atigrado conquistó los corazones de estos padres humanos.
Después de superar una pequeña “cuarentena” (a la que se sometió siendo solidaria con su querido hermano) fue bien recibida por los demás miembros de la manada felina. Ella participa en el cuento ¡Soy una cazadora! del libro Gatohólicos Anónimos interpretando a Luni.
miércoles, 19 de octubre de 2016
Muñeco, el gato buscapleitos
Era un gato gris de una
vecina. Estaba siempre todo sucio y lleno de heridas, producto de
las constantes peleas que sostenía con otros gatos por el
territorio. Aparece en el cuento “¡Se cayó la luna!”.
Aclaración: el gato de la foto en realidad se llama Gran Simón. Ël no aparece en ningún cuento, pero quería salir de todos modos, así que se ofreció como modelo para la foto ante la ausencia de fotografías de "Muñeco".
Aclaración: el gato de la foto en realidad se llama Gran Simón. Ël no aparece en ningún cuento, pero quería salir de todos modos, así que se ofreció como modelo para la foto ante la ausencia de fotografías de "Muñeco".
Ace, el sordo que llego a ser doctor
Ace
También conocido
como el Doctor Pipi Gatito, Ace era un gato muy especial. Había
sido rescatado en el año 2001 de una calle, donde lo dejaron en una
caja para que fuera atropellado o muriera. El gato mostraba signos
de un fuerte trauma cerebral: no tenía coordinación motora, sus
ojos se movían velozmente sin coordinación y se encontraba en un
marcado grado de desnutrición.
Las predicciones eran que el felino
no sobreviviría mucho pero, con cariño y cuidados, Ace superó el
peligro de morir y aprendió a trepar, saltar y jugar con Nuku-Nuku y
los otros gatos de la pandilla a medida que éstos iban llegando.Gracias a sus habilidades de masajista y a las propiedades curativas de su fuerte ronroneo, Ace se convitió en el doctor de la familia.
Sus
dueños también descubrieron que Ace estaba casi totalmente sordo,
lo cual explicaba los fuertes maullidos del minino. Debido a su
trauma, Ace siempre actuaba en forma errática: se perseguía la cola
y caminaba como marchando, al tiempo que movía la cabeza en formas
muy peculiares, que mucha gente comparaba a la forma en que las
serpientes mueven su cabeza.
Si desea leer este relato o el poema, los puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
martes, 18 de octubre de 2016
Mamoru, el protector
Su madre humana describe de este modo la llegada de Mamoru al hogar:
“Un día,
escuché un ruido en la puerta principal del apartamento. Abrí y un
gato enorme, de colores blanco y negro brillante, entró a mi casa
con toda la confianza del mundo, como si siempre hubiera vivido ahí.
A partir de ese momento, el gato, a quien llamamos Mamoru, se quedó
a vivir con nosotros”.
Su nombre significa “proteger” en
japonés y el gato se convirtió rápidamente en el hermano mayor de
Nuku-Nuku, Ace y Lara. Cuando alguna de ellas se escapaba del
apartamento, en especial Nuku-Nuku, Mamoru la seguía y la hacía
regresar a la casa. A pesar de su gran tamaño que sorprendía a
todos, era un gato juguetón y bastante cobarde.
Una vez, mientras
estaba escondido en un rincón oscuro del edificio, un gato
arrabalero se acercó a desafiarlo, pero el buscapleitos huyó
despavorido al apreciar el verdadero tamaño de Mamoru, que salió de
su escondite temblando de miedo, por cierto.
Murió por
complicaciones de una cirugía de cálculos renales en 2004 y aparece
como “El Protector”, en el cuento “¡Se cayó la luna!”.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Dulúu, la gatita torturada que sobrevivió
Dulúu, la gatita torturada que sobrevivió
Con tan sólo un mes de nacida, Dulúu fue introducida en un recipiente plástico y éste usado como balón de fútbol por unos jóvenes sin corazón. Al escuchar sus maullidos de auxilio, un hombre junto a su hijo ahuyentaron a estos malvados muchachos y rescataron a la pequeña víctima agredida. La bañaron, alimentaron y le buscaron una familia.
Dulúu ("Tierna" en huetar) al principio tuvo grandes problemas de salud debido a una fuerte diarrea y casi tuvo que ser operada. Por fortuna y gracias a su deseo de vivir, logró recuperarse por completo. Se adaptó bien a su nueva familia, a quienes demuestra siempre su cariño y ternura.
Es la protagonista del cuento "¡Soy una cazadora!", en el cual aparece como "Tierna". Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Con tan sólo un mes de nacida, Dulúu fue introducida en un recipiente plástico y éste usado como balón de fútbol por unos jóvenes sin corazón. Al escuchar sus maullidos de auxilio, un hombre junto a su hijo ahuyentaron a estos malvados muchachos y rescataron a la pequeña víctima agredida. La bañaron, alimentaron y le buscaron una familia.
Dulúu ("Tierna" en huetar) al principio tuvo grandes problemas de salud debido a una fuerte diarrea y casi tuvo que ser operada. Por fortuna y gracias a su deseo de vivir, logró recuperarse por completo. Se adaptó bien a su nueva familia, a quienes demuestra siempre su cariño y ternura.
Es la protagonista del cuento "¡Soy una cazadora!", en el cual aparece como "Tierna". Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
sábado, 15 de octubre de 2016
Reto a amantes del arte
Para los amantes del arte un pequeño reto:
¿Puede decir a cuál artista representa cada gato?
¡Mucha suerte!
¿Puede decir a cuál artista representa cada gato?
¡Mucha suerte!
miércoles, 12 de octubre de 2016
Clavi, la gatita bombero
Clavi, fue una gatita que abandoraron en una carretera solitaria junto a sus dos hermanitas (las tres negras), cuando fue rescatada ya era demasiado tarde para una de ellas. Fue adoptada y se acopló muy bien a su nueva camada.
La creencia popular es que los gatos negros son de mala suerte; Clavi demostró todo lo contrario al salvar a su familia de un posible incendio. La mamá humana una mañana salió de la casa y olvidó avisar que dejó algo calentando en la cocina, lo cual se quemó.
La gatita, desesperada, maulló y maulló, rasguñó paredes y ventanas hasta que el padre de familia le abrió la puerta de la habitación donde se encontraba y así se percató del humo que emanaba de la cocina, evitando así una desgracia.
Desde entonces, Clavi es conocida como "la gatita bombero". Tiene un papel secundario en el cuento "¡Soy una cazadora!", interpretando a Clav.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
La creencia popular es que los gatos negros son de mala suerte; Clavi demostró todo lo contrario al salvar a su familia de un posible incendio. La mamá humana una mañana salió de la casa y olvidó avisar que dejó algo calentando en la cocina, lo cual se quemó.
La gatita, desesperada, maulló y maulló, rasguñó paredes y ventanas hasta que el padre de familia le abrió la puerta de la habitación donde se encontraba y así se percató del humo que emanaba de la cocina, evitando así una desgracia.
Desde entonces, Clavi es conocida como "la gatita bombero". Tiene un papel secundario en el cuento "¡Soy una cazadora!", interpretando a Clav.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
martes, 11 de octubre de 2016
Pisi, el gatito que rogó por su rescate
Pisi, el gatito que rogó por su rescate
Pisi
(cuyo nombre significa "gatito" en turco) fue abandonado en un terreno
baldío cuando sus primeros dientes habían salido apenas. Maullaba
desesperado entre la hierba y tenía frío, pues la lluvia amenazaba con
caer muy pronto. Era tan pequeño que, en el momento de su rescate, tuvo
que salir por su cuenta de entre las plantas porque no lo lograban
localizar.
Ya
en su nuevo hogar, Pisi comenzó a crecer desmesuradamente hasta
alcanzar unas dimensiones increíbles para su edad: parecía un gato
adulto y apenas tenía un par de meses. Ahora es un hermoso gato de pelo
largo, mirada tierna y un tamaño gigantesco. Aparece en el cuento
“Miedo a los gatos” bajo el nombre de “Franky”, el gato de Mari, la
amiga de la narradora. Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
A él le encanta compartir (sobre todo con sus padres humanos) los conocimientos que ha adquirido de operador de computadoras.
lunes, 10 de octubre de 2016
Nuku Nuku, la gatita temperamental
Nuku-Nuku
Fue la primera gata
que llegó a la familia, en el año 2000. Era una cachorrita que
apenas tenía dientes y estaba con sus hermanitos en una construcción
abandonada en Curridabat. A pesar de que los otros gatitos de la
camada huyeron despavoridos, ella se aventuró a atravesar la
alambrada del lugar para pedir ayuda a la pareja que caminaba por
allí. Nuku-Nuku era una gatita casi completamente negra, excepto
por unas manchas blancas en la parte inferior de su cuerpo, a modo de
bikini. Originalmente la iban a llamar Luna, pero su comportamiento
alocado y combativo recordaba más a la heroína del animé “All
Purpuse Cultural Cat Girl Nuku-Nuku”.
En realidad, por ser tan temperamental, tenía a sus dueños todos cubiertos de arañazos hasta que llegó el siguiente gatito a la casa, lo que la tranquilizó. Se escapó de la casa en 2010 y nunca más se le volvió a ver. Se especula que fue debido a un ataque de celos por la recién llegada bebé. Aparece en el cuento “¡Se cayó la luna!”, junto con Mamoru, Lara y Ace, los demás gatitos de la familia.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
En realidad, por ser tan temperamental, tenía a sus dueños todos cubiertos de arañazos hasta que llegó el siguiente gatito a la casa, lo que la tranquilizó. Se escapó de la casa en 2010 y nunca más se le volvió a ver. Se especula que fue debido a un ataque de celos por la recién llegada bebé. Aparece en el cuento “¡Se cayó la luna!”, junto con Mamoru, Lara y Ace, los demás gatitos de la familia.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
sábado, 8 de octubre de 2016
Nuestra pared, también su sala de....
juegos.
A los felinos les
encanta estar en la parte más alta que encuentren (por eso suben a
nuestros hombros o cabeza). Aquí una idea que van a preferir a
cualquier anatomía humana. Es el sueño para cualquier gato.
Lucas, el gato que quiere ser gris
Lucas
Lucas llegó como remplazo cazador de Negra, la anciana gatita negra semi angora que reinó en la casa por 14 años. Lucas fue adoptado en una veterinaria al ser el único felino en adopción en toda la ciudad en el momento de la búsqueda del remplazo de Negra.
Lo distinguen sus manchas grises sobre sus orejas y una de ellas sobre su ojo izquierdo a manera de parche, además de su cola gris con anillos negros que lo hacen parecer un mapache, y dos manchas grises sobre su lomo, una de ellas con forma de cabeza de pato.
Es un gran cazador, saqueador de alimentos retirado y fiel amante de revolcarse en el polvo para tratar de “volverse completamente gris”. Entra en constantes conflictos con los padres pájaros de los nidos cuyos pichones él suele saquear, a tal punto que ha sido atacado por aves furiosas en picada cuando sale a la calle.
Lucas aparece en el cuento titulado “Agente secreto P-Lukas” en el papel estelar de P-Lukas. Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
miércoles, 5 de octubre de 2016
Chii, la gata que subía a tu hombro
Chii era una gata que llegó hambrienta a un jardín; la dueña de la casa la cuidó por un tiempo, pero como la mujer no sabía nada de gatos, la alimentó con pan y queso crema solamente. Como consecuencia, Chii desarrolló una diarrea muy severa, de la cual tardó más de un mes en recuperarse. Viendo que no sabía cómo cuidar de un gato, la mujer le buscó una familia apropiada. Después de eso Chii vivió feliz con su nueva familia adoptiva por más o menos doce años, trepando a los hombros de sus padres humanos. Por desgracia, sufrió un fallo renal y hepático agudos y no sobrevivió. Aparece en el cuento "Mamá gata" como la gata del protagonista, llamada Chi. Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
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