lunes, 31 de octubre de 2016

Rollo de papel higiénico, un juguete ecológico

Rollo de papel higiénico

El rollo de cartón del papel higiénico y unas tijeras son suficientes para crear un divertido juguete para tu gato.  Es fácil, barato y hasta ecológico.


Solo tienes que recortar tiras estrechas en ambos extremos y doblarlas hacia afuera, obteniendo como resultado un juguete con una forma muy tentadora para el juego.

Los primeros GA

La primera compradora
Este pasado fin de semana (29, 30 de octubre 2016), fue el lanzamiento del libro "Gatohólicos Anónimos", muchos gatohólicos ahora tienen el libro en sus manos.

He aquí algunos de ellos junto con los escritores del libro o posando con su librito.

La primera venta fue a las 10:30 am =)





A pesar de que llovió mucho, eso no impidió a estas lindas gatohólicas llegar por su ejemplar.
No importó la lluvia


¡Mil gracias por el GRAN apoyo!

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Estas dos lindas GA obtuvieron un 10% de descuento porque nos dijeron la clave exclusiva para el lanzamiento del libro.  ¡Muchas gracias por compartir con nosotros!

Karol y su hijita

Aquí esta preciosa GA espera para recibir su libro dedicado por una de las escritoras, mientras otro escritor está dedicando otro de los libros.



Les comentamos que Patrizia Gallo tendrá a la venta esta semana en Casa Gatuna el libro Gatohólicos Anónimos.  ¡Esperamos su visita!

Muchas gracias, Patrizia Gallo, por su apoyo.

jueves, 27 de octubre de 2016

Prógolo, el visitante misterioso


Prógolo

Prógolo fue un gato de edad adulta y tamaño mediano que, una noche, se acercó al portón de una casa. Su maullido le indicó a los habitantes de la misma que el felino tenía hambre. Como a ellos les gustaban los gatos y les pareció hermoso el brillante pelaje color azabache del recién llegado, le abrieron el portón. El visitante entró a la vivienda y comió a su gusto; se notaba que le gustaba la compañía humana. Aunque la pareja dueña de la casa creyó que podrían conservarlo, con el avanzar de las horas, el gato negro, inquieto, maullaba más y más para que lo dejaran salir de la casa.

Extrañados por el comportamiento del huésped nocturno, le abrieron la puerta, pensando que él pediría que le abrieran el portón también para marcharse. Sin embargo, el visitante no lo hizo. Se acomodó al frente de la puerta, en el suelo, para dormir.

Entonces ellos le prepararon una cajita de cartón, la cual el gato aceptó de buen grado como su cama. Allí durmió feliz toda la noche y, al llegar la mañana, pidió que le abrieran el portón para marcharse.

La noche siguiente, el gato regresó a la casa de la pareja. Ellos tenían un papelito en el que habían hecho un dibujo precario de un gato y en él habían anotado el nombre “Prógolo” hacía tiempo. Bromeando, habían prometido que su siguiente gato se llamaría así. Fue de ese modo que el gato negro pasó a llamarse Prógolo.

Prógolo era dulce y cariñoso, pero emitía un característico bufido cuando algo lo molestaba. Esa era su señal para que le abrieran las puertas. Cuando salía, se dedicaba a pedir comida en algunas casas a lo largo de la calle para luego perderse en los tejados. Así pasó alrededor de un mes.

Una noche, Prógolo no regresó a la casa. Tampoco apareció su cadáver ni los vecinos reportaron ningún incidente. Prógolo sencillamente se esfumó de la misma manera que había llegado al barrio. Por su familiaridad con los humanos, era posible que estuviera perdido y que por fin hubiera encontrado el camino de vuelta a su hogar. Todos esperamos que sí. ¡Hasta la vista, Prógolo!

Prógolo inspiró el relato “La niña, el escritor… y el gato”, que es parte del libro Segmentos en la vida de un monstruo y otras historias fantásticas. Puede leer este cuento AQUÍ.

Ágata, la panterita nebulosa

Ágata

Personas sin corazón, apenas vieron que la pequeña gatita tenía dientes, aprovecharon que ya no necesitaba la leche materna y la abandonaron en una parada de autobús (poco transitada por humanos, aunque no así de vehículos).

Una mujer iba a su trabajo y al dirigirse para abordar el autobús, vio que las personas esquivaban "algo" a los pies de ellas.  Al acercarse, se percató de que se trataba de un pequeñísimo felino, que la gente casi aplastó y pateó.

Ágata, calculando su salto
Con un rápido movimiento, la mujer se inclinó y tomó al gato.  Con él en brazos, abordó el autobús; cuando se sentó, puso a la la pequeña gata en su regazo, y ésta se puso de puntillas y le lamió la barbilla a su rescatadora.  Antes de llegar a la oficina, la mujer pasó y compró lo necesario para tener a la pequeña gatita cómoda y alimentada ahí mismo, en su lugar de trabajo.

La mujer llamó a su esposo para contarle lo ocurrido; éste le dijo: "la pequeña te adoptó, tenés que ponerle un nombre y traerla a casa".  Viendo la tonalidad y la forma de las manchas en el pelaje de la felina, ella le puso el nombre de Ágata.  Esta gatita es muy energética y posee un lado salvaje.  Uno de sus pasatiempos favoritos es trepar a alturas que sus hermanos felinos ni siquiera contemplan como posibilidades, por lo cual se ganó el sobrenombre de "pantera nebulosa", ya que su comportamiento recuerda a esos felinos salvajes.

Ágata se menciona en el cuento "¡Soy una cazadora!", como una de las hermanas de la protagonista.  Si desea leer esta historia, la puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Lamme, la calicó que se refugió en una humana


Lamme
En una tarde muy fría de julio hará unos cuatro años; mientras regresaba caminando a su hogar, una mujer escuchó los fuertes maullidos de un gato bebé. Como en su linea de visión observó a un joven sacando su celular, creyó que se trataba del tono de llamada del mismo; pero al seguir escuchando los maullidos después de que el muchacho contestara su aparato, se percató que estaba oyendo a un gatito de verdad.
Buscó a su alrededor y encontró en unos matorrales a la orilla de la calle un par de ojitos que la miraban con miedo, pero a la vez le rogaban por ayuda. Era una pequeña gatita calicó (una gata tricolor, con manchas negras, marrón y blancas). Era la primera que la joven había visto en “persona” en su vida. La levantó y la pequeña felina con frío aprovechó el momento, y en un parpadeo se refugió dentro del abrigo de la mujer, cuando ésta la acercó para calentarla. 
 
Lamme posando
La gatita fue llevada a una veterinaria cercana para que le encontraran una familia adecuada. Sin embargo, la mujer no soportó la idea de no saber que pasaría con la pequeña felina, así que cinco días después, regresó con su esposo a la veterinaria; quería adoptar a la bebé felina que había dejado al cuidado de los encargados de dicho lugar. 
 
Por fortuna para la joven, la doctora también tenía la esperanza de que fuese ella quien la adoptara, por lo que había estado esperando a que la salvadora de la gatita regresara. Una vez adoptada la bebé gata, se le dio el nombre de Lamme.
Ahora ella es una gata adulta muy hermosa; como era tan diferente a cualquier gata que la pareja había adoptado antes, se pusieron a investigar que “tipo” de felina era. A darse cuenta de lo especiales y diferentes que son las calicó, se sintieron afortunados de haberse topado con una. Lamme fue la inspiración de la gata “Gitana”, que aparece en el cuento “Por eso soy su médico”. Su historia es parte del libro Gatohólicos Anónimos.

martes, 25 de octubre de 2016

Lanzamiento del Libro Gatohólicos Anónimos

Reciban una cordial invitación al lanzamiento del libro Gatohólicos Anónimos. Será en el primer piso de Plaza Real Cariari 29 y 30 de octubre, de 10:00 am a 7:00 pm, costo del libro: 5.000 colones. Aquí se puede leer la entrevistas a los autores


lunes, 24 de octubre de 2016

Poema para mi humana


Missy, la gatita calicó


Missy.
Missy, la gatita calicó
Así cuenta la historia la mamá humana de Missy: esta mágica gatita aparece en el Instituto Tecnológico de Costa  Rica, en una soleada mañana del mes de Abril. Fue ahí en donde lanzó su primer dosis de magia calicó, conquistándome con  su dulce  "miauuu" y sus ojos color verde aceituna; desde ese momento se inicia esta historia de amor gatuno, cuando decido adoptarla y llevarla a la casa.
 
Ella es una valiente gata que nos ha acompañado por 14 años; es una fiel defensora de  cada integrante de la familia y adora hacernos regalos no muy comunes (culebras). Sus característicos colores naranja, blanco y negro se lucen en un suave y largo pelaje, el cual no podrás resistir acariciar. 

Puedes conocer más sobre ella en el relato “Missy y la magia Calicó” en el libro Gatohólicos Anónimos

 

John Silver: el gato al que le faltaba una pata

John Silver jugando con su hermana mayor
Un día, un par de niños que fueron al supermercado a hacer las compras se encontraron un gatito bicolor, blanco con negro, caminando penosamente por una cuneta.  Al acercarse, descubrieron que al pobre animal, que podía tener unos 5 meses, le faltaba una pata trasera. Los niños, muy tristes, siguieron su camino hasta su casa.

Al llegar a su hogar, le refirieron lo sucedido a sus padres.  El padre de familia, normalmente severo y a quien no le gustaban los animales, les dijo: "Vayan, traigan el gato".

Sin dar oportunidad para que su papá se arrepintiera, los dos niños corrieron en busca del gato a quien algo o alguien había mutilado.  Sintieron su corazón desfallecer cuando no lo encontraron.  Buscaron por otros lugares y por fin lo localizaron, buscando comida entre la basura en una esquina.

Los dos hermanos tomaron al gatito y lo llevaron a su casa.  Como a ambos les encantaban los libros y recientemente habían leído La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson, recordaron al carismático pirata de dicha novela: Long John Silver.

Fue así como llamaron al gatito John Silver.  El gatito logró sanar su extremidad amputada y vivió una vida feliz, que compartió con los niños muchos años.  A pesar de la falta de su extremidad, aprendió a trepar al tejado, como cualquier otro felino.

Cuando se volvió viejo y sintió que ya era tiempo de morir, John Silver, como un orgulloso pirata, subió al tejado y se marchó, para partir de este mundo y navegar por las aguas de otros universos.

John Silver sirvió de inspiración al gato que comparte su nombre y aparece en el cuento "Miedo a los gatos", del libro Gatohólicos Anónimos.

domingo, 23 de octubre de 2016

Tigro y Dr Pipi Segundo: los gemelos milagrosos

Tigro y Dr Pipi Segundo (Dr Pipi)

Estos pequeños felinos fueron rescatados a escasos ocho días de nacidos, cuando su mamá fue ahuyentada por maquinaria pesada en una demolición.

Dr Pipi Segundo a los quince días.
Tigro a los quince días
Muchas personas les auguraron pocas probabilidades de vida ya que les urgia una madre nodriza (especialmente porque el menor estaba tan débil que apenas se movia); pero estos pequeños gemelos se aferraron a la vida.




Tigro y Dulúu
Gracias a los cuidados de sus padres humanos, que incluían desvelos, entrenamiento y atención médica, estos bebés superaron su estado de peligro y ahora son dos grandes y hermosos felinos adultos.


Tigro es el más grande de los dos (también es el mayor); es muy cariñoso y es el primero en aceptar a nuevos miembros de la familia.  Le gusta proteger a los más pequeños.


Dr Pipi Segundo
Dr Pipi Segundo (su nombre fue dado en honor a un gato muy querido y peculiar, llamado Dr Pipi o Ace) es más pequeño y delgado.  Quién no lo conoce pensará que él es distante e indiferente, pero en realidad es también muy cariñoso y dulce.




Su historia de supervivencia está narrada en el cuento "Mamá gata" (donde aparecen como ellos mismos), y también aparecen en el relato "¡Soy una cazadora!", interpretando a El Doctor y El Tigre.  Si desea leer estás historias, las puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.


viernes, 21 de octubre de 2016

Bengalí, un gatito de voz potente

Bengalí, el gatito de voz potente

Bengalí fue llevado a un refugio de gatos; estaba flaco y era más pequeño que otros gatitos de su edad. Durante el tiempo que permaneció en la casa cuna (tres días), él sin querer evitó que sus cuidadoras lograran dormir esas noches. Su voz potente causaba que sus maullidos fuesen muy fuertes y escandalosos.

El día que llegó la pareja afortunada (que él adoptó como padres), hizo todo lo posible por destacar entre los demás felinos que se encontraban en el lugar.  Al hombre le encantaba su potente voz, pero como acababan de adoptar a una gatita negra, no estaba seguro si podían llevarlo a él también.  Cuando ya se iban a marchar, Bengalí se sentó sobre un libro de la pareja y los miró con unos ojos tan suplicantes que ahí mismo fue llamado Bengalí y fue así trasladado a su nuevo hogar junto a su ahora nueva hermanita.

Tuvo que someterse a una pequeña cuarentena, ya que tenía un cuadro de diarrea severo que podía contagiar a los demás gatos de su nueva manada; dos de sus hermanitas lo acompañaron en señal de solidadidad.  Él recuperó la salud y creció grande y fuerte. Además, su voz es cada vez más potente (para la alegría de sus padres humanos).


Ahora, un año después, gracias a sus dotes de gran cazador, se le dio un papel protagónico como "Ben" en el cuento "¡Soy una cazadora!", donde aparece junto a su hermana Dulúu. 

Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.

Artemis, el gato de la ventana


Artemis

Artemis es el enigmático gato blanco que aparece en el cuento “Dos hogares, dos historias y un gato”, en el libro "Gatohólicos Anónimos"

No se sabe mucho de él porque llegó al hogar ya adulto en 2003 y, por desgracia, murió en enero de 2005, debido a complicaciones renales. Sin embargo, esos dos años de convivencia mostraron a la familia que Artemis era un gato pacífico y que ya antes había estado en contacto con personas. 

Artemis fue quien se acercó a la familia, sentándose por las noches en la ventana de la cocina hasta que se le permitió entrar.

Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.

¿Rebotará?


jueves, 20 de octubre de 2016

Lara, la gata con diminutivo


Lara
Su nombre real era Larapéndulamaríamiliminamatildajolieleelo, pero todos la llamaban “Lara”. Se encontraba deshidratada y buscó refugio en una casa, pero la ahuyentaron. Entonces imploró ayuda a todas las personas en una parada hasta que la rescataron.

La familia que la acogió tenía ya tres gatos cuando ella llegó, pero todos la aceptaron sin problema. Era la más pequeña y por eso también la llamaban “Cosita” quien, sin que su tamaño fuera un impedimento, subía con facilidad a los lugares más altos de la casa. Era una gatita muy golosa y traviesa. Tenía un diente que sobresalía sobre los demás, pero lo perdió al envejecer.

De los cinco gatos que convivieron con la familia, solamente ella interactuó con la bebé que nació en 2010. Fue la última en morir de la pandilla original de gatos y estuvo con la familia por 16 años. Partió el 23 de diciembre de 2015. Ella es, por supuesto, la gatita golosa del cuento “¡Se cayó la luna!”, también aparece en el cuento “Alguien cuidará de mí” y el poema “Lara, la gata”, los cuales se pueden encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.

Luna, la gatita que adoptó a sus padres

Luna, fue llevada a un refugio de gatos con tan sólo un mes de nacida y su colita quebrada (la tiene en forma de "S", pero eso no le ha impedido ser una gran escaladora).
Una pareja decidió hacer una visita al refugio para entregar una donación para los felinos que esperan ahí conseguir un hogar.
La pequeña Luna, al escuchar las voces de la pareja, salió a saludarlos, maulló y escalo una malla hasta quedar a la altura de los hombros de la pareja. Ante tal llamado de atención la mujer la cargó en sus brazos, pero la pequeña felina saltó a los brazos del hombre, lo miró a los ojos y le regaló uno de los maullinos más finos que ella posee.
Ahí mismo esta afortunada pareja humana fue adoptada por está hermosa gatita negra, en ese mismo lugar y momento fue bautizada con el nombre de “Luna”, sin embargo no se fue sola; así como ella, otro pequeño atigrado conquistó los corazones de estos padres humanos.
Después de superar una pequeña “cuarentena” (a la que se sometió siendo solidaria con su querido hermano) fue bien recibida por los demás miembros de la manada felina. Ella participa en el cuento ¡Soy una cazadora! del libro Gatohólicos Anónimos interpretando a Luni.

miércoles, 19 de octubre de 2016

El Gatoholismo


¡Los esperamos! :D


Muñeco, el gato buscapleitos


Muñeco

Era un gato gris de una vecina. Estaba siempre todo sucio y lleno de heridas, producto de las constantes peleas que sostenía con otros gatos por el territorio. Aparece en el cuento “¡Se cayó la luna!”.

Aclaración: el gato de la foto en realidad se llama Gran Simón.  Ël no aparece en ningún cuento, pero quería salir de todos modos, así que se ofreció como modelo para la foto ante la ausencia de fotografías de "Muñeco".

Ace, el sordo que llego a ser doctor


Ace 

También conocido como el Doctor Pipi Gatito, Ace era un gato muy especial. Había sido rescatado en el año 2001 de una calle, donde lo dejaron en una caja para que fuera atropellado o muriera. El gato mostraba signos de un fuerte trauma cerebral: no tenía coordinación motora, sus ojos se movían velozmente sin coordinación y se encontraba en un marcado grado de desnutrición. 

Las predicciones eran que el felino
no sobreviviría mucho pero, con cariño y cuidados, Ace superó el peligro de morir y aprendió a trepar, saltar y jugar con Nuku-Nuku y los otros gatos de la pandilla a medida que éstos iban llegando.Gracias a sus habilidades de masajista y a las propiedades curativas de su fuerte ronroneo, Ace se convitió en el doctor de la familia.

Sus dueños también descubrieron que Ace estaba casi totalmente sordo, lo cual explicaba los fuertes maullidos del minino. Debido a su trauma, Ace siempre actuaba en forma errática: se perseguía la cola y caminaba como marchando, al tiempo que movía la cabeza en formas muy peculiares, que mucha gente comparaba a la forma en que las serpientes mueven su cabeza. 

Con todo, era un gato muy dulce y cariñoso. Fue el primero del grupo en morir, víctima de una disfunción renal en el año 2003. Ace aparece en el cuento “¡Se cayó la luna!”, bajo el nombre de “Tito”. Sus potentes maullidos fueron la inspiración para el poema “Saludo gatuno”.

 Si desea leer este relato o el poema, los puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.

martes, 18 de octubre de 2016

Mamoru, el protector


Su madre humana describe de este modo la llegada de Mamoru al hogar: 

“Un día, escuché un ruido en la puerta principal del apartamento. Abrí y un gato enorme, de colores blanco y negro brillante, entró a mi casa con toda la confianza del mundo, como si siempre hubiera vivido ahí. A partir de ese momento, el gato, a quien llamamos Mamoru, se quedó a vivir con nosotros”. 


Su nombre significa “proteger” en japonés y el gato se convirtió rápidamente en el hermano mayor de Nuku-Nuku, Ace y Lara. Cuando alguna de ellas se escapaba del apartamento, en especial Nuku-Nuku, Mamoru la seguía y la hacía regresar a la casa. A pesar de su gran tamaño que sorprendía a todos, era un gato juguetón y bastante cobarde. 

Una vez, mientras estaba escondido en un rincón oscuro del edificio, un gato arrabalero se acercó a desafiarlo, pero el buscapleitos huyó despavorido al apreciar el verdadero tamaño de Mamoru, que salió de su escondite temblando de miedo, por cierto. 

Murió por complicaciones de una cirugía de cálculos renales en 2004 y aparece como “El Protector”, en el cuento “¡Se cayó la luna!”.

 Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.

Dulúu, la gatita torturada que sobrevivió

Dulúu, la gatita torturada que sobrevivió

Con tan sólo un mes de nacida, Dulúu fue introducida en un recipiente plástico y éste usado como balón de fútbol por unos jóvenes sin corazón.  Al escuchar sus maullidos de auxilio, un hombre junto a su hijo ahuyentaron a estos malvados muchachos y rescataron a la pequeña víctima agredida. La bañaron, alimentaron y le buscaron una familia.

Dulúu ("Tierna" en huetar) al principio tuvo grandes problemas de salud debido a una fuerte diarrea y casi tuvo que ser operada.  Por fortuna y gracias a su deseo de vivir, logró recuperarse por completo. Se adaptó bien a su nueva familia, a quienes demuestra siempre su cariño y ternura.

Es la protagonista del cuento "¡Soy una cazadora!", en el cual aparece como "Tierna". Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.

sábado, 15 de octubre de 2016

Reto a amantes del arte

Para los amantes del arte un pequeño reto:
¿Puede decir a cuál artista representa cada gato?
¡Mucha suerte!

miércoles, 12 de octubre de 2016

Clavi, la gatita bombero

Clavi, fue una gatita que abandoraron en una carretera solitaria junto a sus dos hermanitas (las tres negras), cuando fue rescatada ya era demasiado tarde para una de ellas. Fue adoptada y se acopló muy bien a su nueva camada.

La creencia popular es que los gatos negros son de mala suerte; Clavi demostró todo lo contrario al salvar a su familia de un posible incendio. La mamá humana una mañana salió de la casa y olvidó avisar que dejó algo calentando en la cocina, lo cual se quemó.

La gatita, desesperada, maulló y maulló, rasguñó paredes y ventanas hasta que el padre de familia le abrió la puerta de la habitación donde se encontraba y así se percató del humo que emanaba de la cocina, evitando así una desgracia.

Desde entonces, Clavi es conocida como "la gatita bombero".  Tiene un papel secundario en el cuento "¡Soy una cazadora!", interpretando a Clav.

Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.



martes, 11 de octubre de 2016

Pisi, el gatito que rogó por su rescate

Pisi, el gatito que rogó por su rescate



Pisi (cuyo nombre significa "gatito" en turco) fue abandonado en un terreno baldío cuando sus primeros dientes habían salido apenas. Maullaba desesperado entre la hierba y tenía frío, pues la lluvia amenazaba con caer muy pronto. Era tan pequeño que, en el momento de su rescate, tuvo que salir por su cuenta de entre las plantas porque no lo lograban localizar.

Ya en su nuevo hogar, Pisi comenzó a crecer desmesuradamente hasta alcanzar unas dimensiones increíbles para su edad: parecía un gato adulto y apenas tenía un par de meses. Ahora es un hermoso gato de pelo largo, mirada tierna y un tamaño gigantesco. Aparece en el cuento “Miedo a los gatos” bajo el nombre de “Franky”, el gato de Mari, la amiga de la narradora.  Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.




A él le encanta compartir (sobre todo con sus padres humanos) los conocimientos que ha adquirido de operador de computadoras.





lunes, 10 de octubre de 2016

Un felino te puede ayudar a dormir


Nuku Nuku, la gatita temperamental


Nuku-Nuku

Fue la primera gata que llegó a la familia, en el año 2000. Era una cachorrita que apenas tenía dientes y estaba con sus hermanitos en una construcción abandonada en Curridabat. A pesar de que los otros gatitos de la camada huyeron despavoridos, ella se aventuró a atravesar la alambrada del lugar para pedir ayuda a la pareja que caminaba por allí. Nuku-Nuku era una gatita casi completamente negra, excepto por unas manchas blancas en la parte inferior de su cuerpo, a modo de bikini. Originalmente la iban a llamar Luna, pero su comportamiento alocado y combativo recordaba más a la heroína del animé “All Purpuse Cultural Cat Girl Nuku-Nuku”.

En realidad, por ser tan temperamental, tenía a sus dueños todos cubiertos de arañazos hasta que llegó el siguiente gatito a la casa, lo que la tranquilizó. Se escapó de la casa en 2010 y nunca más se le volvió a ver. Se especula que fue debido a un ataque de celos por la recién llegada bebé. Aparece en el cuento “¡Se cayó la luna!”, junto con Mamoru, Lara y Ace, los demás gatitos de la familia. 

Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.



sábado, 8 de octubre de 2016

Nuestra pared, también su sala de....

juegos.

A los felinos les encanta estar en la parte más alta que encuentren (por eso suben a nuestros hombros o cabeza). Aquí una idea que van a preferir a cualquier anatomía humana.  Es el sueño para cualquier gato.


Lucas, el gato que quiere ser gris



Lucas

Lucas llegó como remplazo cazador de Negra, la anciana gatita negra semi angora que reinó en la casa por 14 años. Lucas fue adoptado en una veterinaria al ser el único felino en adopción en toda la ciudad en el momento de la búsqueda del remplazo de Negra.

Lo distinguen sus manchas grises sobre sus orejas y una de ellas sobre su ojo izquierdo a manera de parche, además de su cola gris con anillos negros que lo hacen parecer un mapache, y dos manchas grises sobre su lomo, una de ellas con forma de cabeza de pato.


Es un gran cazador, saqueador de alimentos retirado y fiel amante de revolcarse en el polvo para tratar de “volverse completamente gris”. Entra en constantes conflictos con los padres pájaros de los nidos cuyos pichones él suele saquear, a tal punto que ha sido atacado por aves furiosas en picada cuando sale a la calle.

Lucas aparece en el cuento titulado “Agente secreto P-Lukas” en el papel estelar de P-Lukas. Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Chii, la gata que subía a tu hombro

Chii era una gata que llegó hambrienta a un jardín; la dueña de la casa la cuidó por un tiempo, pero como la mujer no sabía nada de gatos, la alimentó con pan y queso crema solamente. Como consecuencia, Chii desarrolló una diarrea muy severa, de la cual tardó más de un mes en recuperarse. Viendo que no sabía cómo cuidar de un gato, la mujer le buscó una familia apropiada. Después de eso Chii vivió feliz con su nueva familia adoptiva por más o menos doce años, trepando a los hombros de sus padres humanos. Por desgracia, sufrió un fallo renal y hepático agudos y no sobrevivió. Aparece en el cuento "Mamá gata" como la gata del protagonista, llamada Chi. Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.