jueves, 27 de octubre de 2016

Prógolo, el visitante misterioso


Prógolo

Prógolo fue un gato de edad adulta y tamaño mediano que, una noche, se acercó al portón de una casa. Su maullido le indicó a los habitantes de la misma que el felino tenía hambre. Como a ellos les gustaban los gatos y les pareció hermoso el brillante pelaje color azabache del recién llegado, le abrieron el portón. El visitante entró a la vivienda y comió a su gusto; se notaba que le gustaba la compañía humana. Aunque la pareja dueña de la casa creyó que podrían conservarlo, con el avanzar de las horas, el gato negro, inquieto, maullaba más y más para que lo dejaran salir de la casa.

Extrañados por el comportamiento del huésped nocturno, le abrieron la puerta, pensando que él pediría que le abrieran el portón también para marcharse. Sin embargo, el visitante no lo hizo. Se acomodó al frente de la puerta, en el suelo, para dormir.

Entonces ellos le prepararon una cajita de cartón, la cual el gato aceptó de buen grado como su cama. Allí durmió feliz toda la noche y, al llegar la mañana, pidió que le abrieran el portón para marcharse.

La noche siguiente, el gato regresó a la casa de la pareja. Ellos tenían un papelito en el que habían hecho un dibujo precario de un gato y en él habían anotado el nombre “Prógolo” hacía tiempo. Bromeando, habían prometido que su siguiente gato se llamaría así. Fue de ese modo que el gato negro pasó a llamarse Prógolo.

Prógolo era dulce y cariñoso, pero emitía un característico bufido cuando algo lo molestaba. Esa era su señal para que le abrieran las puertas. Cuando salía, se dedicaba a pedir comida en algunas casas a lo largo de la calle para luego perderse en los tejados. Así pasó alrededor de un mes.

Una noche, Prógolo no regresó a la casa. Tampoco apareció su cadáver ni los vecinos reportaron ningún incidente. Prógolo sencillamente se esfumó de la misma manera que había llegado al barrio. Por su familiaridad con los humanos, era posible que estuviera perdido y que por fin hubiera encontrado el camino de vuelta a su hogar. Todos esperamos que sí. ¡Hasta la vista, Prógolo!

Prógolo inspiró el relato “La niña, el escritor… y el gato”, que es parte del libro Segmentos en la vida de un monstruo y otras historias fantásticas. Puede leer este cuento AQUÍ.

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