Su madre humana describe de este modo la llegada de Mamoru al hogar:
“Un día,
escuché un ruido en la puerta principal del apartamento. Abrí y un
gato enorme, de colores blanco y negro brillante, entró a mi casa
con toda la confianza del mundo, como si siempre hubiera vivido ahí.
A partir de ese momento, el gato, a quien llamamos Mamoru, se quedó
a vivir con nosotros”.
Su nombre significa “proteger” en
japonés y el gato se convirtió rápidamente en el hermano mayor de
Nuku-Nuku, Ace y Lara. Cuando alguna de ellas se escapaba del
apartamento, en especial Nuku-Nuku, Mamoru la seguía y la hacía
regresar a la casa. A pesar de su gran tamaño que sorprendía a
todos, era un gato juguetón y bastante cobarde.
Una vez, mientras
estaba escondido en un rincón oscuro del edificio, un gato
arrabalero se acercó a desafiarlo, pero el buscapleitos huyó
despavorido al apreciar el verdadero tamaño de Mamoru, que salió de
su escondite temblando de miedo, por cierto.
Murió por
complicaciones de una cirugía de cálculos renales en 2004 y aparece
como “El Protector”, en el cuento “¡Se cayó la luna!”.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Si desea leer este relato, lo puede encontrar en el libro Gatohólicos Anónimos.
Que duro es perder un gato, pero queda la satisfacción de que tuvo mucho amor
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